Cuando cierra su consulta, el médico José Antonio Moralejo se encierra en su taller y da rienda suelta a su creatividad como diseñador de joyas. Ciencia y Arte conviven en su vida, a partes iguales, formando un dúo perfecto.

José Antonio es médico estomatólogo (especialista en la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades de la boca y sus adyacentes) y nos asegura que, a pesar de que pueda parecer un poco descabellado, ambas profesiones tienen más en común de lo que la gente piensa.

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Hace sólo cuatro años que comenzó el mundo de las joyas pero, por su maestría, bien se podría decir que lleva muchos más años diseñando unas piezas que sorprenden por su sofisticación y modernidad. Lo suyo es la joyería contemporánea y, si nos lo permiten, está a la altura de los grandes.

Fue una causalidad que nos lo encontráramos en Facebook: no se promociona, no tiene ningún lugar dónde saber más de él… Seguramente, su humildad, por el poco tiempo que lleva en la profesión, le impide prodigarse más.

Desde So Catchy! Where Fashion Begins lo animamos a que siga con su trabajo, a que nos deleite con más creaciones y, si es posible, a que no siga siendo más una “gema escondida”.

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So Catchy!: Mucha gente diría que el diseño de joyas y tu profesión como Médico Estomatólogo no tienen nada que ver… ¿la elección de tu especialidad y la creación joyera guardan algún tipo de relación?

JOSÉ ANTONIO MORALEJO: Una pregunta típica de las personas que saben que has comenzado a estudiar Medicina es en qué especialidad te gustaría formarte una vez acabada la carrera. Mi respuesta siempre era la misma: no sé hacia donde tiraré pero seguro que no seré nunca estomatólogo. Esto duró hasta que, accidentalmente, acompañé a un familiar para que le restauraran un diente que se había fracturado. Vi trabajar al profesional con tanta delicadeza y sensibilidad intentando simular la forma, estructura y transparencias dentales y con tal sentido artístico que cambió por completo la idea que yo tenía sobre esta profesión. En ese momento me di cuenta que posiblemente era la especialidad médica que más libertad podría darme a la hora de trabajar con mis manos y ya desde ese día supe que mi futuro iría por ahí.

Ambas profesiones tienen en común muchas más facetas de las que en principio se pudiera pensar: comparten herramientas y técnicas semejantes, son trabajos muy minuciosos y eminentemente manuales y su objetivo es crear belleza, en un caso imitando la naturaleza y en el otro dejando volar la imaginación.

Ya en 1604, don Quijote vio su interrelación cuando le dijo a su escudero: “ Porque te hago saber Sancho, que la boca sin muelas es como un molino sin piedra, y mucho más se ha de valorar un diente que un diamante”.

SC!: ¿Cómo te has formado como diseñador de joyas?

JAM: Mi formación en este campo ha sido un tanto singular, pues no he seguido un camino convencional academicista. Todo empezó hace unos cuatro años hojeando un manual de técnicas de joyería y me resultó tan interesante, que empecé a crear mi propia librería y a devorar libros con avidez. Simultáneamente, a través de foros especializados y plataformas de comunicación, fui conociendo por donde discurrían las tendencias de la joyería contemporánea.

A partir de aquí podía considerar que mis conocimientos teóricos tenían ya cierto nivel pero había que saber plasmarlos y eso ya no era tan fácil. Debería de contar al menos con un aprendizaje práctico y eso solo podía adquirirlo a través de una escuela o de un taller de joyería. La primera opción no era posible pues mi profesión me impedía desarrollar este aprendizaje reglado y por ello me decanté por lo segundo. Contacté con un taller en Barcelona y durante 4 días a tiempo completo intenté aprender lo máximo posible; por primera vez veía como se fundían y soldaban los metales, como se comportaban de diferente forma en función de las fuerzas a las que eran sometidos, como su aspecto cambiaba según la técnica de acabado…

Entre mis ganas por empezar a poner en práctica lo que había aprendido y los nervios a un resultado que no alcanzara mis expectativas, comenzó mi entusiasta carrera en la que nunca faltaron imaginación y ganas de experimentar.

Una dedicación con mas exclusividad hacia la joyería, debería acompañarla de una formación complementaria para poder conocer nuevas técnicas y así aplicarlas a mis creaciones.

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SC!: Sin haber estudiado diseño, he de decir que tus piezas son muy escultóricas, con un diseño muy vanguardista…¿qué lees o haces para buscar la inspiración y crear tus piezas?

JAM: El diseño siempre fue uno de los campos que más me atrajo. Igual intentaba hacer un boceto de una lámpara, de un mueble o de una motocicleta. Recuerdo con cariño como mi primera fuente de inspiración fueron las dos enciclopedias que compraron mis padres como ayuda para nuestros primeros estudios. Tomo a tomo y página a página iba viendo las fotografías y cada vez que veía una que me sorprendía por lo que fuera, metía una tira de papel a modo de marcapáginas. Al no hacer exclusión de ningún campo, había tantas que me llamaban la atención, que el aspecto final de la enciclopedia era el de una larga hilera de libros a los que se le hubiera olvidado guillotinar el borde superior. Ahora es más fácil acceder a otras fuentes de información y utilizo todas a las que puedo acceder: libros, revistas, internet, visitas a museos…

SC!: Te gusta trabajar con el acero, ¿por qué este material?

JAM: Tal vez porque era el material que me resultaba más familiar cuando llegué a la joyería pues había trabajado con él, pero a otros niveles y en otras disciplinas artísticas. Por otra parte, es un elemento capaz de transmitir sensaciones muy diferentes según el tratamiento y acabado recibidos: calidez cuando es arenado o ha sufrido oxidación, distancia y frialdad si lo pulimos o hacemos un pavonado, etc. Su mayor problema es su escasa ductilidad y maleabilidad que lo hace complejo de trabajar.

De todas maneras, no hay ningún material que rechace como fuente de creación en la joyería y tan sólo restrinjo su uso a los límites que marca mi conocimiento sobre el mismo, y a veces ni eso. A pesar de mi gusto por el acero, siguen siendo el oro y la plata los metales que más utilizo en mis diseños.

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SC!: ¿Con qué gemas prefieres trabajar?

JAM: No tengo especial preferencia por ninguna y su aspecto es el que en muchos casos inspira mi creación. No busco una piedra para una joya, hago una joya para una piedra. Y aunque en general tengo preferencia por las gemas con acabado natural, a nivel de piedra tratada tal vez sea el diamante pulido mi preferida por la conjunción que hace de simplicidad y elegancia.

SC!: ¿Cómo te planificas el día para que te de tiempo a atender tu clínica y crear joyas?

JAM: El único tiempo que tengo bien planificado es el de mi clínica por necesidades obvias de funcionamiento. A partir de aquí, ya empieza el caos pues, aunque cuento con fines de semana largos, tengo tantas aficiones que a veces el tiempo que consigo es a costa de robárselo al sueño. En ocasiones al acostarme y cerrar los ojos empiezan a surgirme tal cantidad de ideas que mi mente se acelera y tan sólo si me levanto y boceto esas ideas, soy capaz de calmarme. Esto no sería problema para una persona dedicada de lleno al arte pues lo soluciona levantándose mas tarde, pero en mi si lo es, pues mi primer paciente no sabe de mis “andanzas nocturnas” y me espera a las nueve de la mañana.

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SC!: ¿Ves tu afición en el diseño de joyas como un pasatiempo enriquecedor o te gustaría dedicarte a ello 100% llegado el momento?

JAM: Es una elección difícil. Mi carácter inquieto y apasionado me invita a dedicarme a tiempo completo a la joyería pues, además de ser una profesión que me abstrae completamente cuando estoy en ella, soy consciente de que en las épocas que puedo dedicarle más tiempo mis diseños se multiplican y son mucho más fluidos e interesantes. Es como que las ideas surgieran siguiendo una progresión geométrica en función del tiempo que les dedicas. Por otra parte, me costaría abandonar una profesión que me gusta y a unos pacientes que durante años han confiado en mí. Tal vez la solución fuera buscar un equilibrio entre ambas.

SC!: ¿Has vendido alguna pieza?

JAM: Nunca he querido hacerlo, posiblemente por miedo a no saber cómo valorar mi obra. Sorprendentemente, he recibido muchas ofertas de compra por parte de personas que me han conocido a través de la publicación de mis trabajos en Facebook y en algún caso especial he resuelto ese compromiso regalándole la joya que deseaban. Era una manera de satisfacer a esa persona que mostraba tanto interés por mi y, por otra parte, no me comprometía con una valoración errónea. Tan sólo en un caso muy insistente accedí a vender una pieza a una coleccionista americana y el precio me lo puso ella: 999 dólares.

SC!: ¿Qué precio «medio» podrían tener o tienen tus piezas?

JAM: Todas mis obras son piezas únicas con diseño, materiales y técnicas diferentes y por ello me dificulta la tasación, más cuando aún no conozco los circuitos comerciales. Sólo tengo como referencia el precio de la única que he vendido.

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SC!: Si una persona quiere comprar una de tus piezas, ¿cómo te localiza para poder comprarla?

JAM: Ahora mismo la única forma de contactar conmigo sería a través de Facebook. Al principio no me planteé crear ninguna página web pues todo comenzó como una afición y seguramente mis trabajos no tenían la calidad ni la consideración de “vendibles”. Simplemente, exponía en Facebook mis ocurrencias y esperaba pacientemente, y con cierto rubor, alguna crítica que me orientara un poco a conocer si el camino que seguía era el correcto, o era mejor que vendiera mis herramientas y me dedicara a otras ocupaciones. Sorprendentemente, recibí mensajes de ánimo de artistas a los que yo admiraba, los cuales consiguieron darme empuje y seguridad en lo que estaba iniciando.

SC!: Dices que has recibido gratas sorpresas de gente a la que admiras por tu trabajo en el diseño… ¿a quiénes admiras?

JAM: A muchos, unos con nombres ya consagrados y otros de los que sólo su obras hablan de ellos. No sé si es que estamos viviendo un momento de un alto nivel creativo o es que tenemos un acceso casi ilimitado a las nuevas producciones.

Pero si hubiera de decir un nombre al que tengo especial cariño, pues fue mi primera inspiración y mi primer apoyo, hablaría de Catalina Brenes, una maravillosa y discreta creadora costarricense afincada actualmente en Berlín.

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SC!: ¿Tienes pensado promocionar tu trabajo de forma «oficial»? Ha sido, realmente, una casualidad que te haya encontrado en Facebook…

JAM: Si finalmente me decidiera de lleno por la joyería, sería una necesidad dar a conocer mi obra a través de los circuitos oficiales para poder llegar a más gente, ya que todo el que me ha conocido hasta ahora ha sido de forma casual.

SC!: ¿Planeas vender online?

JAM: Yo sólo compraría una joya si antes la he tenido en mis manos o si conozco bien la trayectoria de su autor. Si continuara haciendo piezas originales creo que su venta debería de ser a través de galerías especializadas y tan sólo veo esta posibilidad en el caso de optar por una producción en serie pero limitada a un número determinado de piezas, factor que, lógicamente, haría mas asequible su compra.

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SC!: Nombra a diseñadores/as de joyas que te gusten…

JAM: Seulgi Kwon, Ute Decker, David Huycke, Amira Jalet, … y muchos más. Todos ellos tienen en común simplicidad y fuerza de sus diseños, osadía en la experimentación con nuevos materiales, e imaginación para crear nuevas formas imposibles. En fin, son únicos y originales.

SC!: Qué revistas de diseño sueles leer/consultar…

JAM: Mis preferidas son las que tratan el diseño contemporáneo referido a cualquier faceta artística: arquitectura, diseño industrial o gráfico, joyería, etc. Entre ellas podemos encontrarnos a Domus, Wallpaper, ON diseño, Klimt2,…

Imágenes cortesía de José Antonio Moralejo

Layout por Michael Padilla