El artesano no suele vivir en ciudades grandes. Necesita respirar el aire de la tradición y la cultura de lo que defiende y ama.
Merza es una aldea gallega de 500 habitantes donde una joven, Elena Ferro, está revolucionando el concepto de “zueco” (“zoco” en gallego). Pero no sólo nos referimos a los diseños, divertidos y “trendy”, sino a una toda una suerte de montajes fotográficos con los zuecos como protagonistas que se están convirtiendo en un fenómeno viral en Facebook.
Elena Ferro en su taller
Todo comenzó cuando Elena Ferro (38 años, Merza) ganó el Premio de Artesanía Antonio Fraguas Fraguas en 2010 que concede la Diputación de A Coruña cada dos años. Para entonces, ya era una zoqueira con mucha pasión y ganas de comerse el mundo.
Elena nació en una familia de artesanos zoqueiros y, desde muy pequeña, se enamoró de este oficio. Comenzó realizando objetos de marroquinería que vendía por donde podía. Hoy en día, sigue aplicando esta técnica para la creación de los zuecos, bolsos y carteras.
Hace casi 100 años que la familia de Elena Ferro comenzó a dedicarse a la fabricación de zuecos. Entonces, el oficio de zoqueiro era bastante común y este tipo de zapato se utilizaba exclusivamente para el trabajo: la suela de madera lo hacía perfecto para proteger al pie de la humedad.
En los años setenta comenzó la “decadencia” del zueco y, con ello, desaparecieron muchos artesanos. El padre de Elena, sin embargo, no abandonó la profesión, trabajó aún más y diversificó sus trabajos, convencido de que hacer lo que a uno le apasiona, puede garantizar el éxito en lo que haces.
El objetivo de Elena es hacer que la gente reconozca el zueco como calzado que se puede llevar y disfrutar, más allá de su uso originario y para el que nació.
SO CATCHY!: ¿Cuándo comenzó tu revolución personal en el mundo del zueco?
ELENA FERRO: Desde mediados de los 90 comencé a introducir pequeños cambios o pinceladas en el zueco tradicional. Lo hice un poco porque me gustaba y para darle un cambio. Tampoco fue algo pensado ni queriendo, ni nada… sino más que me dije un día “bueno, voy a pintar la madera de estos zuecos en rojo y estos verdes… para ver cómo se venden”. Y así evolucionó hasta lo que hacemos ahora: las pieles print y colores vivos con los que comenzamos hace 4 años. Al principio, no encajaba y la gente los veía como algo decorativo pero a base de insistir, poco a poco, y el hecho de que la gente los viera puesto, pues ha ido aceptándose bien.
SC!: ¿Qué tipo de persona se pone tus zuecos?
EF: En este momento, cualquier tipo de persona. Desde niños a mayores… A las niñas les encanta, porque tiene un poco tacón y por el colorido. Gente de todo tipo. ¡En el sur de España también!
Modelo Tricolor
SC!: ¿Dónde vendéis principalmente?
EF: A ver, seguimos visitando ferias, mercados, vendemos en 5 tiendas en Santiago de Compostela, 12 tiendas en toda Galicia. Nos está contactando mucha gente de todos sitios. Por ejemplo, hoy salen unos pares para Alemania para unas personas que llevan productos gallegos allí. Pero las ferias siguen siendo muy importantes para nosotros, por el boca a boca, que nos van reconociendo porque quizá salimos en la televisión alguna vez y nos ven… De hecho, la gente cada vez visita más nuestro taller porque hacemos zuecos a la carta y eso gusta.
SC!: Aparte de Galicia, donde asistes a casi todas las ferias y mercados, ¿qué país extranjero demanda más zuecos?
EF: A particulares vendemos en Suiza, Estados Unidos, así puntualmente. Y tenemos gente interesada en vender nuestros zuecos en Alemania, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
SC!: ¿Qué precio medio tienen tus zuecos?
EF: Los zuecos de colores, por ejemplo, a partir de 60 euros. Y, a partir de ahí, se añaden “extras”: que si clavos en lugar de grapas, que si lleva la madera pintada, según si la piel es con pelo o normal, de la altura del tacón, si es cubierto o descalzo, si es de hombre o de mujer. Tengo que añadir que los hombres se resisten algo más a llevarlos. Pero poco a poco.
SC!: Cuéntanos un poco cómo es tu proceso creativo desde que piensas en un nuevo diseño en colores y pieles hasta que lo llevas acabo.
EF: Pues es que no tengo así un proceso… Por ejemplo, hace dos meses o así, pinté unos zuecos con colores de un camión que vi por la calle, o tallo el talón… Intento ver muchas cosas nuevas, sobre todo, en piel. Intento estar a la última. Ahora están funcionando muy bien las pieles de peces (raya, salmón) y yo intento tener mucha variedad porque, además de los modelos que hacemos, hacemos zuecos a medida y gusto del cliente.
SC!: Ganaste el premio de Artesanía Antonio Fraguas Fraguas en 2010. ¿Qué supuso esto para ti?
EF: Pues eso fue un poco el comienzo de todo. Hice unos zuecos que imitaban unas mariquitas que resultaron ganadoras. Fue una sorpresa porque ya me había presentado en más ocasiones. Muchas veces es el reconocimiento… El artesano tiene un defecto, porque yo me considero artesana, y es que no nos hacemos valer.
SC!: Con esto del renacer del trabajo artesanal habrás visto crecer la competencia…
EF: Sí. Lo vemos más como que estamos reactivando el oficio, hay más gente interesada en hacer zuecos y saldrán más. Pero nos gusta porque el oficio está renaciendo. El mundo es muy grande y tiene que haber para todos. Además, pienso que la competencia te activa y alerta.
SC!: ¿Cuál es tu próximo reto?
EF: Me lo preguntaron en el Máster de Enrique Loewe que hice el año pasado y la verdad es que es bastante simple: me gustaría tener algo más de tiempo para mí. A pesar de que me gusta mi trabajo, no me voy del taller antes de las 10 de la noche cada día.
SC!: ¿Cómo describirías lo que haces?
EF: Es divertido.
Capurecita Roja y el Lobo
SC!: Y divertidos son los montajes que haces para tu fanpage de Facebook. Has conseguido crear expectativa en relación a las historias que te montas con tu “familia” de zuecos…
EF: Sí (ríe). Te cuento un poco mi experiencia con el zueco y por el que un poco comencé a hacer esto. El zueco siempre ha sido un calzado al que la gente le ha guardado siempre un poco de rencor, es como que significa pobreza. La gente mayor sobre todo ve esos zuecos tradicionales, aunque ya menos, y los asocia a esa época. Ahora, los van viendo con cariño. Pero toda mi vida, cuando he ido a las ferias (de artesanía), he oído “no quiero más zuecos ni pan de maíz”. Y parte de ese odio también iba relacionado porque, como no había dinero para comprar zuecos de la medida apropiada, la gente tenía que usarlos del hermano y te quedaban grande o igual te quedaban pequeño y lo relacionaban con un calzado incómodo. Y eso es algo que quedó calado en mí y me preguntaba cuándo acabaría ese odio. Parte de mi empeño era que la gente simpatizara con los zuecos después de tanto odio, que les hagan reír… Y así surgió un poco el tema de los montajes en Facebook. Primero, porque me gusta hacerlos y porque no poner sólo modelos de zuecos en Facebook no me parece interesante.
SC!: Tus fotos se comparten hasta en un centenar de ocasiones y la gente está ansiosa por ver más (entre ellos, nosotros). Toda una lección para los creadores de contenido en redes sociales. Cuéntanos. Tomamos papel y lápiz.
EF: No sé cómo lo hago. Me encanta que la gente se divierta primero. Lo empecé a hacer un poco para relajar la mente. A ver, yo tengo mucha “retranca” que decimos en Galicia, que significa algo así como ironía sana, con cariño. Y así… para que tengan su propia historia: los zuecos pequeños que son cerditos, que van a la escuela, etc.
Todo empezó cuando comencé a realizar la fotos para la web, que las hago yo. En diciembre, hice unos de zuecos rojos y otros con piel print de pelo, y pensé, parecen caperucita y el lobo. Y cogí una cestita pequeña que tenía en el taller de cosas que voy comprando que me gustan… Y como soy una romántica… pensé “estos dos se tienen que enamorar”. Y ese fue el comienzo de la historia. Triplicamos los “me gusta” en Facebook y esto me activó. Marketing casero. Lo que sí conscientemente intento es no aburrir y meto siempre es algo divertido con algo de “retranca” que te decía antes, como el de los dos zuecos viejos con el trozo de pan de maíz, como si estuvieran hablando. Para mí es una válvula de escape.
SC!: ¿Cuál es tu sueño inalcanzable?
EF: Así como vamos, estamos de maravilla. Lo que sí me gustaría es tener más tiempo para mejorar poco a poco. Que nuestro taller siga funcionando con el ambiente y la esencia que tenemos. Y ojalá que podamos dar más trabajo. Mis expectativas no son económicas. Lo que me gusta es compartir lo bonito que estoy viviendo ahora con los demás.
En So Catchy! nos encanta la forma en que está dando a conocer su trabajo y la humildad de una artesana gallega que ha sabido adaptarse a los tiempos sin renunciar a la autenticidad de la tradición de una tierra plagada de historias.
Fotos de Elena Ferro
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Foto de la fanpage de Facebook de Elena Ferro
Foto de la fanpage de Facebook de Elena Ferro
