Si pensamos en tejidos, nuestra mente viaja del algodón a la lana, de la seda al poliéster y del lino al neopreno… y poco más.

Sin embargo, la industria de la moda siempre ha buscado nuevas formas de sorprender mediante el uso de tejidos y técnicas innovadoras con las que confeccionar unas prendas cada vez más sofisticadas y que atendiera las demandas de una población cada vez más preocupada por el medio ambiente, los animales y las condiciones éticas del trabajo.

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Aquí en So Catchy! Where Fashion Begins, hace unos meses todos fuimos testigos de la llegada de Piñatex (http://www.ananas-anam.com/pinatex/), el tejido hecho con las fibras de las hojas de la piña, de la mano de la española Carmen Hinojosa. Con diferentes apariencias (incluso similar a la piel), ya son muchas marcas potentes interesadas en desarrollar productos con este material, como Puma o Camper. Incluso la diseñadora Mayya Saliba ha trabajado con este tejido y mostrado su trabajo en la Green Show Room, dentro de la Berlin Fashion Week.

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Diseños de Mayya Saliba

Piñatex no sólo es cruelty-free, sino constituye un paso más en el afianzamiento de la moda “responsable” (respetuosa con los derechos de los trabajadores y medioambientalmente sostenible).

Por otra parte, tenemos que hablar, cómo no, de los tejidos reciclados. En este sentido, es muy destacable el trabajo de la marca española Ecoalf que recicla botellas de plástico, redes de pesca, posos de café, neumáticos y algodón y lana pos-industrial para la confección de unas prendas que respetan el medioambiente, aprovechando los recursos disponibles que iban a ser desechados.

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ECOALF Recycling Fishing Nets from ECOALF.

Particularmente interesante nos resultó el trabajo textil de Erika Caldesi (puedes leer su entrevista aquí), que diseñó unas prendas confeccionadas a partir de un curioso material reciclado: los pelos de plástico de las escobas.

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Designs by Erika Caldesi, photos by Anna Boyar

Pero el futuro que ha de venir para revolucionar la industria de la moda es el de la “bioimpresión” de piel de animal a partir de sus células epiteliales, en un laboratorio. Todos fuimos testigos de la primera hamburguesa “creada” en un laboratorio, en 2013. Pues bien, esto no ha hecho más que empezar. La start-up estadounidensa, Modern Meadow, pionera en bioimpresión (en inglés, biofabrication), está trabajando en la creación de pieles de diferentes animales en laboratorio (vaca, cabra, canguro, serpiente…). Además, no sólo no es cruel con los animales, sino que es medioambientalmente mucho menos contaminante y no despilfarra tantos recursos naturales como la ganadería actual que, según la FAO, es responsable del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Específicamente, es responsable del 9% de las emisiones de CO2 (principalmente por deforestación), el 37% de las emisiones de metano, CH4, (fundamentalmente por la digestión de los rumiantes) y el 65% del óxido nitroso (por el estiércol). Asimismo, emite 2/3 de las emisiones antropogénicas de amoníaco, gas con un papel importante en la lluvia ácida (estudio de 2007). Muy pronto comenzaremos a ver sus aplicaciones prácticas en la industria de la moda.

El futuro de la moda se está escribiendo cada día: la tecnología une fuerzas con la moda (como el mundo del diseño e impresión 3D), las prendas sirven para reivindicar la libertad o un modo de vida (moda agender) y para invitar a la reflexión.

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Nos preocupamos mucho más de lo que consumimos, somos más conscientes de la importancia de nuestro mundo y la necesidad de su cuidado, así como de las condiciones éticas de los trabajadores que confeccionan nuestras prendas.

Todo empezó con el fashion revolution hace algunos años y con la idea de que no podemos ser partícipes de una industria que, en ocasiones, es cruel y no piensa en nuestro mañana.


Layout por Michael Padilla